Chistes de cuentos





Chistes de cuentos


Caperucita Roja se casó con el príncipe azul, y tuvieron un hijo violeta.

😄 😄 😄


Va Caperucita Roja cantando por el bosque:

—Soy Caperucita Roja, una niña muy feliz...

Cuando de pronto ve al lobo y le dice:

—¡Señor Lobo, ya lo vi detrás de ese árbol!

El lobo sale corriendo y Caperucita continúa su camino cantando su cancioncilla.

Después de unos pasos vuelve a ver al lobo:

—¡Señor Lobo, ya lo vi de nuevo, está detrás de esos matorrales!

El lobo sale corriendo y Caperucita sigue su camino cantando.

Poco después se topa de nuevo con el lobo:

—¡Señor Lobo, ya lo vi otra vez, detrás de esa roca!

El lobo sale muy enfadado y dice:

—¡¿Será posible, es que no se puede cagar tranquilo?!

😄 😄 😄


Caperucita se encuentra con el lobo en medio del bosque y le dice:

—Lobo, ¡qué orejas más coloradas tienes!

—Sí...

—Lobo, ¡qué cara más roja tienes!

—Sí...

—Y... ¡qué hinchadas tienes las venas del cuello!

—Sí...

—Lobo, ¡qué abiertos tienes los ojos!

—¡Siíííííííííííí!

—Lobo, ¡qué apretados tienes los dientes!

—Caperucita, ¡¿podrías irte y dejarme cagar en paz?!

😄 😄 😄


Caperucita Roja fue a visitar a su abuelita sin saber que el lobo ya se había ocupado de ella...

—Abuelita, qué ojos tan grandes tienes.

—Es para verte mejor.

Nuevamente, Caperucita mira a su abuelita y dice:

—Abuelita, qué orejas tan grandes tienes.

—Es para escucharte mejor.

Caperucita vuelve a insistir:

—Abuelita, qué nariz tan grande tienes.

—Es para olerte mejor.

Caperucita vuelve a la carga:

—Abuelita, qué boca tan grande tienes.

—¿A qué viniste? ¡¿A visitarme o a criticarme?!

😄 😄 😄


Había una vez dos bellísimas doncellas paseando por los alrededores de su castillo.

De pronto, una de ellas escuchó una tímida voz que gritaba:

—¡Ehhhh! ¡Mirad aquí abajo!

Las doncellas miraron y vieron un pequeño sapo a la orilla del foso.

—¡Hola! —dijo el sapo—. En realidad soy un cantante, pero un genio malvado me ha convertido en un sapo. Si una de vosotras me besa, volveré a ser cantante y viviremos felices para siempre.

Entonces, la más bella de las dos doncellas lo cogió con la mano y se lo metió en el bolsillo.

—¿Cómo es eso? —le pregunta la otra doncella—. ¿No vas a besarlo?

—¿Estás de broma? —responde la bella—. ¡Puedes ganar mucho más dinero con un sapo que habla que con un cantante!

😄 😄 😄












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