Un lechero vasco que se está muriendo en el hospital reúne a sus dos hijos, su hija y su esposa y, rodeado por todos ellos y su enfermera, les reparte su herencia.
Dice a su hijo mayor:
—A ti, Pedro, te dejo las casas del norte.
—A ti, hijita, te dejo todos los apartamentos de la zona sur.
—A ti, Carlitos, por ser mi hijo menor, con un gran porvenir, te dejo las oficinas del centro.
—Y a ti, mi querida esposa, el edificio del Barrio las Cumbres, al oeste de la ciudad.
La enfermera, impresionada, le dice a la esposa:
—Señora, su esposo es muy rico, les está dejando muchas propiedades.
Y la esposa, sin perder el tiempo, le responde:
—¡Qué rico ni qué ni nada! ¡Esas son las rutas por donde reparte la leche!
😄 😄 😄
En un manicomio, una de las enfermeras ve a un paciente escribiendo.
—Hola, Pepe, ¿qué haces?
—Estoy escribiendo una carta.
—¿Y a quién se la vas a mandar?
—A mí mismo.
—Aja, ya veo... y dime, ¿qué te cuentas?
—No lo sé, todavía no la he recibido.
😄 😄 😄
Un hombre ingresa en un hospital para hacerse una pequeña operación.
Una enfermera empieza a tomarle los datos: el nombre, la compañía del seguro, etcétera.
—En caso de emergencia, ¿a quién avisamos?
—¿Quiere decir si estoy a punto de morirme?
—Bueno... sí.
—En ese caso, llame corriendo a un doctor.
😄 😄 😄
Una enfermera lleva al paciente en la camilla camino al quirófano.
—¿Pero por qué tiembla usted tanto?
—Es que he oído que la otra enfermera decía que la operación de apendicitis es muy sencilla y que no había por qué estar nervioso y que todo iba a salir bien.
—Pues claro, todo eso se lo dijo para tranquilizarle porque es verdad.
—¡No, no, si es que no me lo decía a mí, sino al cirujano!
😄 😄 😄
Una francesa se lo hace estirar todo: la nariz, la piel de la cara, etc.
Finalmente, el cirujano le pregunta:
—¿Desea la señora algo más?
—Quisiera tener los ojos más grandes y expresivos.
—Nada más fácil, señora. ¡Enfermera, traiga la cuenta, por favor!
😄 😄 😄